Informe: Agricultura y Clima Social | Huelva, 2013

Reproducimos con autorización del autor este magnífico informe, por considerarlo del más alto interés para nuestra provincia.
Podéis detener cada diapositiva simplemente colocando el cursor encima.
[cycloneslider id=»459″]

La pobreza en Huelva

La pobreza en Huelva

Estamos atravesando, sin duda, uno de los momentos más duros de esta crisis, a la que no se le ve salida inmediata. Posiblemente hoy, a cuatro meses de la recogida de datos de nuestra encuesta, la marca de la pobreza alcance cuotas mucho más elevadas a tenor de las informaciones que recibimos de la evolución del paro.

Los datos. Tremendos.

Durante los últimos diez años hemos venido estudiando las dimensiones reales de quienes atraviesan por una situación de precariedad económica que le impide el desarrollo de una vida normal.

Dado que la pobreza es un concepto relativo, hemos seguido los criterios de la Unión Europea para determinar sus límites, considerando pobre a la persona cuyos ingresos mensuales no llegan a la mitad de los de la media general de la ciudad. Si esos ingresos no llegan siquiera a la cuarta parte de la media, estaríamos ante una situación de extrema pobreza.

Nuestro primer estudio se realizó en diciembre de 1999, cuando cada una de las personas que componían el censo de la ciudad tocaban a 422€ mensuales. En ese momento eran 20.559 quienes no alcanzaban los 211€, casi 3.000 de los cuales ni siquiera llegaban a los 105€. Observábamos que no había ningún barrio de la ciudad que escapara de esta situación, aunque eran, evidentemente, los barrios periféricos los más afectados.

En diciembre del año 2006 encontramos un aumento de 126€ en la media de los ingresos mensuales ‘per cápita’, alcanzando éstos la cifra de 548 €. Se ha producido un aumento de la población, en gran medida por la llegada masiva de inmigrantes, y sin embargo desciende el número de pobres a 14.434, aunque se mantienen casi en la misma cantidad quienes están en la extrema pobreza. No es necesario advertir que estábamos instalados en la cresta de una ola de bonanza económica.

Dos años más tarde, en la encuesta que realizamos en diciembre de 2008, sólo ha aumentado 3€ la cantidad media de ingresos mensuales de cada persona. Esta desaceleración económica consigue alcanzar un promedio de 551€ mensuales. Ha continuado creciendo la población alcanzando los 150.000 habitantes, también con una importante cuota de inmigrantes, pero se han disparado los niveles de pobreza rondando los 30.000 y superando los 3.000 los que se encuentran en situación de extrema precariedad. Para tomar conciencia de las dimensiones de este colectivo, pensemos que pueden llenar casi dos veces el Nuevo Estadio Colombino.

Nuestros datos eran ya bastante contundentes, no sólo en cuanto al espectacular incremento del número de pobres en Huelva, que duplica al de hace dos años, sino a las circunstancias que rodean a este hecho, consecuencia directa de la crisis. Así, se están viendo afectadas todas las capas sociales de igual modo, adquiriendo esta crisis un carácter ‘democrático’; más de un tercio de los empresarios que han sido encuestados tienen dificultades para mantener su empresa y una cuarta parte cree que va a tener que despedir a trabajadores. Uno de cada cinco trabajadores que fueron encuestados ya se había quedado sin trabajo en diciembre y otros dos manifiestan que su trabajo está en una situación de inseguridad.

A modo de ejemplo, reproducimos este gráfico que publicaba el diario Huelva Información el domingo, 26 de abril, aunque se refiera al conjunto de la provincia.

 

Pero lo que más llama la atención es que han perdido o van a perder su vivienda casi en las mismas proporciones los pobres y los desahogados económicamente, posiblemente los primeros por la insuficiencia de sus ingresos para hacer frente a los pagos correspondientes, y los segundos por el cierre de líneas crediticias de las entidades bancarias. En esta situación extrema de desahucio, o próximos a él, se encuentran 4.200 onubenses. Con grandes dificultades, hasta el punto de tener que reducir gastos necesarios, no caprichos, se hallan 37.500 onubenses, es decir uno de cada cuatro. La mitad de la población manifiesta que no tiene problemas, pero sí algún familiar cercano. Y finalmente, sólo dos de cada diez encuestados dicen encontrarse en una situación de seguridad, no afectada por las restricciones hipotecarias planteadas por los bancos.

El mapa de la nueva pobreza

Del gráfico anterior se puede extraer que los distritos municipales 6, 7 y 8 contienen casi dos terceras partes (19.700) de los 29.700 pobres. Los otros 10.000 se reparten por el resto de la ciudad, sobre todo en el centro.

El distrito municipal 6, que incluye los barrios de Pérez Cubillas, Los Rosales y Fuentepiña, es, sin duda, el más castigado: dos de cada cinco vecinos son pobres, uno de cada cuatro tiene su trabajo en una situación de inseguridad y tres de cada cinco ya se había quedado sin trabajo en diciembre. Tenemos que añadir a estos datos que se trata de uno de los espacios donde hay una mayor concentración de población inmigrante.

La Orden , el Humilladero, la Barriada del Carmen y la nueva Marismas del Odiel conforman el distrito 8, que sigue en nivel de pobreza en proporción muy similar al anterior. Este distrito, sin embargo, se ha visto menos afectado por el paro en el momento en que se realizó la encuesta, puesto que sólo estaba en esa situación una de cada siete personas, pero dos de cada cinco muestran una gran inseguridad en la continuidad de su trabajo.

El distrito 7 lo forman el Torrejón y parte de Fuentepiña, con la Hispanidad y la prolongación de la Avda. de Andalucía; por tanto, existe una cierta heterogeneidad que le hace bajar diez puntos porcentuales respecto a los distritos anteriores. En este distrito una de cada cuatro personas es pobre. Ya en diciembre uno de cada cinco encuestados se había quedado sin trabajo y uno de cada dos tenía conciencia de la inseguridad laboral en la que estaba.

El distrito 3 tiene, en mayor medida aún que el anterior, contrastes de zonas residenciales: Avda. Sundheim , Barrio Obrero, Matadero, Pío XII. Cuenta con un pobre por cada cinco personas, con un parado en diciembre también por cada cinco personas, pero con dos de cada tres personas con un trabajo en situación de inseguridad.

En el centro de la ciudad es pobre una de cada siete personas, se quedó sin trabajo en diciembre una de cada cuatro y está en una situación de inseguridad laboral una de cada tres.

Tres Ventanas, Adoratrices, Avda. de Andalucía y el Conquero forman el distrito 4, también con un cierto contraste de niveles económicos. Aquí es pobre una de cada ocho personas, se había quedado en paro en diciembre una de cada seis y estaba en situación de inseguridad laboral una de cada cuatro.

Menor es la proporción de pobreza en la Isla Chica , con una de cada once personas. Pero una de cada cinco se había quedado en paro en diciembre y una de cada dos tenía un trabajo poco estable.

Finalmente, el Molino de la Vega , las Colonias, Barriada de la Navidad y el Polígono de Zafra, que forman el distrito 2, sólo tienen un pobre por cada veinte personas, aunque una de cada cinco estaba parada en diciembre y otra proporción igual se encontraba en situación de inseguridad laboral.

Descarga el Power Point «Resurgir: portadores de esperanza» con todos los datos.

Elaboración: Asociación Resurgir. Diciembre 2008

El Sur también existe

El Sur también existe

Andalucía es hoy por hoy la gran puerta de Europa.
Cada día recala en nuestras costas un número indeterminado de personas que huyen de hambrunas, guerras, pobreza extrema.
A esto hay que añadir las bolsas de pobreza preexistentes debido a las especiales condiciones del campo andaluz:
no olvidemos que la renta per cápita en Andalucía es casi un 20% inferior a la de España.

En el Sur (Extremadura, Andalucía, Canarias, Ceuta y Melilla) se concentran 3.002.000 pobres: el 35.3% del total de pobres del Estado. Esto si nos atenemos a las cifras oficiales. Las otras, las que nadie conoce con exactitud, varían cada día: gente que llega de las zonas más deprimidas de Africa, de Europa del Este, y que encuentran un trabajo eventual en el campo. Hemos visto gente durmiendo en playas y parques, al abrigo de cualquier cobertizo o hacinados en barracones en condiciones infrahumanas.

Más de un tercio de los pobres del Estado viven en este Sur. En todas las provincias se supera con creces la tasa media de hogares y personas en pobreza.

Ranking de la pobreza por provincias

La «intensidad» de la pobreza económica es también superior a la media excepto en Canarias que se acerca a la misma, y los niveles de malestar o pobreza sociológica son también superiores en todas estas Comunidades y entre sus pobres, excepto en Extremadura (83.6 sobre 100).

Así los casos de Ceuta y Melilla, Extremadura y Andalucía encabezan el «ranking» de indicadores conjuntos de la peor pobreza Nacional.

Con todo lo que aquí se recoge son «generalizaciones» que requieren el estudio en detalle de cada provincia.

Gitanos e inmigrantes

Aunque proporcionalmente en el conjunto de los pobres del Estado son un sector minoritario, los gitanos pobres, sobre todo, y los sectores de inmigrantes (norteafricanos del África Negra, sudamericanos y de los países del Este), están en una situación global de pobreza muy problemática y de gran desventaja con relación al conjunto de los pobres.

Una parte importante de la pobreza severa residente en el país pertenece a estas minorías étnicas estén o no esté censados o empadronados.

En primer lugar, desde 1991 se observa en toda la Unión Europea un incremento del número de personas que viven sin techo o en condiciones inadecuadas, con el agravante de un pronóstico pesimista de cara al futuro inmediato.

Aunque no existe una definición universalmente aceptada, los términos homeless o sans-abri, no se refieren tanto a una pauta de conducta personal (como por ejemplo el transeuntismo, nómada, itinerante y desarraigado), como a una situación, que se caracteriza por la falta de alojamiento adecuado según los estándares sociales vigentes en cada sociedad, e incluye a todas las personas que no consiguen acceder al mismo o conservarlo, ya sea por barreras sociales difíciles de salvar, o por condiciones personales, lo que exige la ayuda de algún servicio social de apoyo.

El nuevo perfil

La población sin hogar se está haciendo cada vez más heterogénea. Junto al varón solitario de mediana edad, se ha detectado en los diferentes servicios que atienden a la gente sin techo una creciente presencia de:

  • Jóvenes, con edades comprendidas entre 16 y 24 años (que según el tipo de servicio oscila entre el 20 y el 23%);
  • Inmigrantes/extranjeros, (13-24%);
  • Trabajadores temporeros (14-17%);
  • Mujeres (8-13%);
  • Grupos familiares (2-5%)
  • Menores de 16 años (1-2%).

En cuanto a los extranjeros que recalan en la red buscando alojamiento temporal, proceden sobre todo del Norte de África (marroquíes y argelinos), de Europa Occidental (portugueses), y de la Europa del Este. Los inmigrantes subsaharianos y latinoamericanos (ecuatorianos sobre todo), que se hacen muy presentes entre la clientela de algunos comedores, no son demasiado abundantes en los centros de alojamiento convencionales que no están destinados específicamente a albergar a extranjeros.

Elaboración propia a partir del Informe de Cáritas Española
sobre la Pobreza y otros

La pobreza en España

La pobreza en España

tilizando el criterio más comúnmente admitido en la UE
se consideran pobres todas aquellas familias y personas que se sitúan económicamente por debajo del «umbral» del 50% de la renta media disponible neta en el conjunto del Estado.

En concreto en España ronda el 19.4% de los hogares están en esa situación.

CIFRAS DE LA POBREZA EN ESPAÑA

De acuerdo con esta definición de familias y personas, en España hay 2.192.000 familias en las que viven 8.509.000 personas que viven bajo el umbral de la pobreza.

A la vista de estos datos, es necesario:

  • Establecer los lazos de conexión y causalidad existente entre desigualdad económica y social, y la pobreza.
  • Describir, hasta donde sea posible, la influencia, o no, del crecimiento económico en la desaparición paulatina de la pobreza.
  • Distinguir claramente la pobreza económica de la pobreza sociológica por más que una y otra se den simultáneamente en las mismas familias y personas.
  • Descubrir, por fin, los colectivos de personas pobres en peor o mejor situación relativa, como por ejemplo, mujeres pobres solas o con cargas familiares, niños pobres sin escolarizar, jóvenes pobres y parados, etc.

CARACTERÍSTICAS DE LA POBREZA EN ESPAÑA

La tónica dominante de la pobreza como fenómeno social es la gran heterogeneidad de situaciones existentes tanto a nivel geográfico como a nivel de subcolectivos que por diversos factores pueden distinguirse en el mundo de los pobres.
Es preciso, con todo, hacer un esfuerzo analítico que apunte a esbozar las características comunes más llamativas que se dan en la pobreza de todo el Estado:

  • Para empezar hay que decir que la «extensión» de la pobreza (tasas sobre 100) en familias y en población (19.4% de hogares; 22.1% de población) es superior a la media Europa (15%) y sólo inferior a la existente en Portugal y Grecia entre los países de la UE, midiendo siempre la pobreza bajo el umbral del 50% de la RDN (Renta de Distribución Neta).
  • Este hecho de la «extensión de la pobreza» tiene mucho que ver con la desigual distribución de la riqueza aún existente entre nosotros y con el diferente crecimiento y desarrollo económico, que adquiere diferencias de grado en el interior de cada Comunidad Autónoma o Provincia del Estado.
  • Un hecho llamativo es el del proceso acelerado de la juvenalización de la pobreza. El 44.1% del total de los pobres de España tienen menos de 25 años. Son niños y jóvenes.
    Esto sucede sobre todo en los grados más graves de pobreza. En la pobreza extrema (-15% de la RDN), por ejemplo, más del 65% del colectivo (unas 347.500 personas) tienen menos de 25 años. En el conjunto de los pobres severos (1.739.800 personas) el 53.2% son jóvenes o niños: 926.600.
    Este aspecto es tan grave que merecería conocer más en profundidad lo que está sucediendo con la juventud y la infancia en España, y sobre todo con el pronóstico del futuro de este sector no sólo para denunciar el hecho sino para arbitrar actuaciones y políticas sociales que mejoren, al menos en parte, esta situación.
  • Otra característica particularmente seria y grave es la de la incidencia de la mayor dimensión de la familia (familias numerosa o numerosísimas) en las peores situaciones de pobreza. Casi la mitad de las familias de más de siete miembros, entre los pobres, están en la pobreza severa y su grado de malestar es mucho más grave que el de las familias de dimensión media (3.8 miembros). Por otras razones también tiene connotaciones de mayor malestar la situación de las personas pobres (generalmente mujeres mayores) que viven solas.

RECURSOS PARA LOS SIN TECHO

Para llevar a cabo esta tarea, se dispone de un presupuesto bastante reducido. En una estimación generosa, se puede decir que en España se emplean alrededor de 10 mil millones de pesetas al año en atender a las personas sin hogar. Esto significa que la red dispone de entre 2.400 a 3.100 pts al día por persona sin hogar para cubrir todos los gastos: que van desde la comida, la ropa y el alojamiento, a los gastos generales de mantenimiento y de personal.

Los fondos públicos apenas cubren el 54% de esta cantidad ya de por sí bastante exigua, el resto ha de obtenerse gracias a la generosidad de los particulares (42%) e incluso de las aportaciones que realizan los propios afectados (1,1%), cuya contribución es prácticamente igual a la que realizan las empresas (1,25%). Hoy por hoy, en este país, los frutos del marketing con causa y de las donaciones con fines sociales, no suelen ir destinados a remediar la situación de los excluidos más cercanos, cuya presencia y proximidad parece más incómoda e indeseable que la de otros grupos sociales carenciados con mejor «imagen» o más distantes geográficamente, por lo que suele fluir hacia otras agencias y organizaciones, especialmente hacia las que se ocupan de proyectos de cooperación internacional.

El perfil de la pobreza está cambiando

El perfil de la pobreza está cambiando

Aquí en Huelva, muy cerca de nuestras casas, hay un asentamiento donde hemos contabilizado más de 1.500 personas de origen subsahariano, viviendo al límite ante la impotencia de unos y el desinterés de otros. El genial Chumy Chúmez publicó una vez un dibujo donde un mendigo le decía a otro: “Lo peor del hambre… es el frío”. La pobreza en Huelva está iregularmente distribuida en pueblos y ciudades, agrupando mayoritariamente personas procedentes de Africa y Europa del Este, casi siempre en situación irregular.

Según un estudio realizado el pasado noviembre por Cáritas y la Federación de Asociaciones de Centros para la Integración y Ayuda al Marginado (FACIAM) sobre la situación de las personas sin hogar, en España se contabilizan alrededor de 30.000 personas sin techo, eso sin tener en cuenta el contingente de personas procedentes del sur que diariamente llegan a nuestras costas sin nada más que lo puesto y su esperanza de una vida mejor. Muchos de ellos sobrevivirán trabajando en lo que puedan, haciendo trabajos ocasionales, pero con poca o ninguna posibilidad de regularizar sus «papeles».

Contra esta cifra de 30.000 -como mínimo- personas sin techo, está la capacidad real de los albergues: 10.000 plazas a contabilizar en todo el territorio español. Poco, si consideramos que sólo en Andalucía, hay un millón de personas que vive en el umbral de la pobreza, y que 300.000 personas se encuentran en la pobreza severa.

La mayoría de las 10.000 plazas ofertadas en albergues y centros de acogida ofrecen cobertura de las necesidades básicas, es decir, techo y cama, sin apenas intimidad. A esto se le añade la alarmante reducción del presupuesto destinado a los albergues públicos, que en el año 2000 fue de un 4,5% respecto a 1997, y un no menos importante descenso del 40% en la población de personas atendidas.

Por otro lado, en el mismo informe destacan que un gran número de centros están orientados al tipo «tradicional» de población -varón, solitario y de mediana edad- a pesar de que el perfil de las personas sin hogar ha cambiado y está cambiando mucho en los últimos años ya que ahora hay «nuevas situaciones» como las personas con enfermedades mentales, inmigrantes, y los que vienen en pareja o con toda la familia.

Nosotros entendemos que la relación de ayuda con las familias en situación de pobreza económica no puede seguir sosteniendose sobre una base de limosna, a veces ridícula e incluso paternalista, que produce aún más humillación en el pobre. Por eso estamos trabajando contra viento y marea para conseguir, al menos, ponerle un techo a la noche.