La Navidad llega y, con ella, ese momento en que uno mira alrededor y se pregunta cómo estamos, hacia dónde vamos. En Resurgir lo hacemos desde el contacto directo con la gente, con las familias que cada día luchan por salir adelante, con quienes cargan sobre sus espaldas el peso de la incertidumbre. Y en casi todas las conversaciones hay una preocupación que se repite: la sanidad.

En estos días se ha vuelto a hablar de que la Junta destinará más inversión sanitaria a Huelva. Ojalá sea verdad y, sobre todo, que se note pronto. Porque cualquiera que haya intentado pedir una cita médica, hacerse una prueba o pasar por urgencias sabe que la realidad no es tan sencilla. La población envejece, los problemas aumentan y los recursos no siempre van al mismo ritmo.

Hay miles de pruebas pendientes — radiografías, resonancias, análisis— y citas con especialistas que se demoran meses, a veces casi un año. Los profesionales hacen lo que pueden, muchos con auténtica vocación, pero se nota el cansancio y la falta de medios. El servicio de urgencias, por ejemplo, necesita adaptarse mejor a la realidad de hoy: las personas no pueden esperar horas y horas para ser atendidas o diagnosticadas.

La sanidad pública es un orgullo, pero necesita una modernización profunda y una gestión más eficiente de los recursos. Todos, antes o después, necesitamos de una atención sanitaria digna, cercana y humana.

En esta misma revista hablamos también de otras dos realidades que nos tocan de cerca: la de tantas personas que trabajan y aun así no consiguen salir de la pobreza, y la del cambio climático y sus efectos sobre nuestra tierra. Son temas distintos, pero al final todos apuntan a lo mismo: a la importancia de cuidar lo que tenemos cerca y a no dejar atrás a quienes más lo necesitan.

Desde Resurgir seguimos creyendo que el compromiso y la cooperación son el camino. Por eso queremos dar las gracias de corazón al Ayuntamiento de Huelva, a la Diputación Provincial, al Ayuntamiento de Moguer y al de Aljaraque. Han estado ahí, año tras año, sosteniendo con su ayuda este proyecto que no se detiene. Y, por supuesto, gracias a tantas personas anónimas que colaboran sin hacer ruido, que regalan su tiempo o su esfuerzo y consiguen que la solidaridad siga viva, incluso cuando todo parece cuesta arriba. También a los que colaboran puntualmente, como la Obra Social de CaixaBank,  Atlantic Copper, Puerto de Huelva, Fundación Caja Rural del Sur y tantas otras personas que se acercan con buena voluntad.

La Navidad no está solo en las luces ni en los escaparates. Está en lo que hacemos por los demás, en un saludo, en una palabra de aliento, en la mano que se tiende sin pedir nada a cambio. Esa es la luz que queremos mantener encendida: la de una Huelva más humana, más justa y consciente de que solo juntos podremos cuidar lo que de verdad importa.