Hoy nos toca despedir a Marcelo, un compañero y amigo entrañable, uno de los pilares de Resurgir. Durante tantos años puso su inteligencia, entrega y gran corazón al servicio de la gestión, las relaciones con las entidades o en las cajas. Era un todo terreno, siempre con compromiso y generosidad.
Era un abuelísimo maravilloso, completamente entregado a sus nietas, con un humor fino que nos hizo sonreír tantas veces. Aunque en los últimos años el Alzheimer fue borrando sus recuerdos, nunca apagó su esencia ni el cariño que nos dejó.
Su legado de bondad y entrega seguirá vivo en nosotros. Hoy se ha ido al otro lado, pero su recuerdo nos acompañará siempre.
Gracias, Marcelo, por tanto. Te llevamos en el corazón.